
Hablar de Mafalda Cardenal es hablar de una generación que canta al desamor sin miedo, que transforma las notas de voz en himnos y que convierte el dolor en algo casi bonito. Desde que ‘Tu fan’ se coló en miles de playlists y corazones, su voz se ha convertido en el altavoz de quienes sienten demasiado. Ahora, con Mis notas de voz, su primer álbum, Mafalda pone orden —o quizá más emoción— a todas esas historias sueltas que ya nos habían roto (y curado) un poco.
Nos sentamos a conversar sobre lo que duele, lo que inspira, lo que cambia y lo que queda. Porque pocas veces el desamor ha sonado tan bien.
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Tus canciones a menudo retratan el desamor desde lugares muy distintos: el duelo, la nostalgia, la rabia, incluso el humor. ¿Qué has descubierto de ti misma a través de escribir sobre estos fragmentos rotos del amor?
He descubierto que soy bastante más positiva de lo que pensaba… Bueno, a ver, soy una persona positiva en general, pero sí que es verdad que en todas las canciones que hago noto que, sin querer, siempre dejo un poquito de esperanza al final. Es como ver que no todo es tan devastador, que no me voy a morir de la pena… Siempre hay un rayito de luz. Y escuchando mis canciones me doy cuenta de que, aunque estaba triste, en realidad no lo estaba tanto. Es como que sí, estaba triste, pero siempre supe que de todo se sale. Nadie muere por amor. Aunque escriba canciones tristes y trágicas, siempre tienen un toque de esperanza que, cuando lo escucho después de haber superado todo, me parece muy bonito. Es como ver todo desde un punto de vista más maduro y pensar: “Mira, sí, de todo se sale.”
Llamar a un disco Mis notas de voz es casi como abrir tu diario personal. ¿Tuviste miedo en algún momento de compartir tanto de ti?
Lo es. Al final, me parece muy bonito porque quería que mi primer disco fuera algo muy personal. Creo que Mafalda Cardenal es lo que hay, lo que pides es lo que te llega. Y me parece muy importante mantener eso. En lugar de hacer algo super conceptual, quise hacer lo que realmente soy yo: mis notas de voz, las que grabo en mi cuarto cuando estoy triste. Todas las canciones del disco nacieron de eso, y para mí es algo muy bonito, casi visual. Tú escuchas mis notas de voz y sabes que son notas de voz del iPhone, es como lanzar un diario de estos dos años para que todo el mundo lo escuche.
Es cierto que todavía no me da palo [miedo] porque, como aún no lo ha escuchado mucha gente, no me siento tan expuesta. Pero, sobre todo, en el momento en que saco una canción, ya deja de ser mía y pasa a ser de todos los que la escuchan. Me parece muy bonito ver cómo la gente hace esas canciones suyas. No me da tanto miedo porque sé que cuando la gente las escuche, no van a pensar en mí. Van a pensar en ellos, y eso es lo importante. Yo, cuando escucho una canción, la modifico para que se adapte a lo que me ha pasado a mí, ¿sabes? Y eso es lo bonito de la música: que al final todos la hacemos nuestra.
Bueno, pero aparte también esta manera de conectar con las personas, como dices, lo que me pasó también le pudo haber pasado a alguien más y la otra persona puede pensar:”Wow, creo que ya me identifiqué con el otro.” Eso es lo bueno de la música, ¿no? ¿Qué crees?
Eso está muy guay. Yo creo que es lo más bonito de todo y siempre que recibo mensajes de gente diciéndome, “Oye, es que me pasó exactamente lo mismo, muchas gracias por tu canción”. Digo: “Primero, siento que te haya pasado. Me alegro mucho que te ayude a esta canción”, y luego también yo en mi cabeza pienso, “Uf, menos mal, que no soy la única loca a la que le ha pasado esto ni que piensa así”. Me pasa mucho en los conciertos cuando yo canto canciones así de super resentida y escucho a todo el mundo gritarlas conmigo, es como terapéutico. Da gusto, porque es como que te estoy gritando a ti que me has tratado fatal y con toda esa gente que está gritando también por lo mismo… Es muy guay.
Hay una generación que siente que tus canciones hablan directamente de sus historias. ¿Crees que el desamor tiene un lenguaje generacional o es algo que nos atraviesa igual, sin importar la edad?
Te diría que antes pensaba que era algo muy generacional, que dependiendo de la edad sentías unas cosas u otras. Pero ahora ya no lo creo tanto. Sobre todo lo noto en mis conciertos. Tengo la aplicación de Spotify for Artists borrada porque no me gusta ver los números, me estreso. Entonces, cuando vienen a mis conciertos, me hace mucha gracia porque yo pensaba que me escuchaban sobre todo chicas jóvenes de mi edad o un poco más pequeñas, pero en realidad vienen señoras de 40 años, no porque vengan con sus hijas, sino solas, porque se sienten identificadas con mis canciones. Luego vienen niñas pequeñas, que es imposible que se identifiquen con mis canciones porque no les ha pasado nada. Entonces, creo que trasciende más allá de las generaciones. Obviamente, como yo tengo 23 años, mi público principal es gente de mi edad, un poco más, un poco menos, pero siempre hay gente de otras generaciones que me dice: “Me acabo de divorciar y esta canción cuenta exactamente lo que me pasó.” Y yo pienso: “Mira qué fuerte”. Eso me ha sorprendido bastante y me hace mucha ilusión.
Tu música nació en redes sociales, pero da un salto ahora hacia un formato más tradicional: el álbum. ¿Qué representa para ti esa transición?
Representa, sobre todo, un poco de maduración y el hecho de que me voy a dedicar a esto. Porque hasta ahora, yo sacaba singles y eran un poco lo que me apetecía en ese momento. No sabía si quería dedicarme de lleno a esto, no sabía si quería arriesgarme. Y, al final, dije: “Creo que es el momento, voy a hacerlo, voy a hacer un disco”. Y es cierto que es un disco un poco largo, pero creo que es necesario porque, al final, es todo más o menos del mismo estilo, aunque hay un mix bastante equilibrado entre canciones de amor, de desamor, de felicidad, de tristeza, canciones más movidas y más lentas.
Creo que hemos llegado a un balance muy chulo y espero que a la gente le encante. Sobre todo, me ha gustado mucho hacer un proyecto así, más maduro, más homogéneo, que todo tenga más sentido y esté dentro del mismo universo. Ha sido muy bonito también crear todo lo de alrededor, tanto lo musical como lo visual. Y creo que al final hemos logrado un resultado muy chulo, que ojalá la gente disfrute tanto como nosotros hemos disfrutado al crearlo.
Hay títulos que ya de por sí cuentan una historia: ‘Me gustas más que un bigmac’… ¿Qué importancia tiene el humor y la ironía en tu forma de escribir sobre cosas que duelen?
Mucha, mucha. De hecho, soy una persona, en mi vida normal, aparte de artista, súper positiva y a mí no me gusta estar triste. Entonces, siempre que estoy triste, uso el humor y la ironía como un poco de escape, ¿sabes? Como que me río de mí misma antes de que se ría otra persona.
Y me ayuda mucho a no tomarme las cosas tan a pecho. En general, soy una persona tranquila, no me rayo mucho, y creo que en gran parte es por eso. En mis canciones, a veces lo intento hacer. Es verdad que, como yo soy tan poco profunda en mi vida real, me gusta ser un poco más profunda en mis canciones. Por eso hay algunas que son más deep, como “Tu fan”, por ejemplo, esa canción no tiene ironías, toda es cuchillo. Pero luego sí que tengo otras, como la de ‘Big Mac’ o una que se llama ‘No estábamos juntos’, que está en el disco nuevo, que son más irónicas y, a la hora de cantarlas, son muy divertidas.
¿Crees que es posible volver a enamorarse sin miedo después de haber escrito tanto sobre el desamor?
Sí, yo creo que sí. O sea, yo soy fiel creyente de que aquí te enamoras y te enamoras, no te puedes poner un freno de mano porque entonces te va a ir mal al 100%. Creo que en la vida hay que ser positiva, y si eres positiva, atraes cosas positivas. Yo soy muy intensa, entonces lo bueno lo digo mucho y lo malo, pues, también lo digo mucho.
Pero, por ejemplo, ahora mismo estoy súper contenta, y no por haberlo pasado mal en el pasado voy a privarme de estar contenta. Voy a intentar estar más contenta todavía por lo mal que lo he pasado antes. Yo creo que no hay que pasarlo mal.
¿Cuál fue la última nota de voz que te enviaste a ti misma y que no pensaste que acabaría siendo una canción?
Pues mira, yo le escribí una canción a un exnovio mío de hace relativamente poco, y se la escribí estando con él. Era una canción como de amor. Es la última del disco, se llama ‘Super humano’ y la escribí un poco para él, pero luego me encantó y se la llevé a Milo [García], mi productor, y le dije: “Milo, tenemos que hacer algo con esta canción porque me encanta.” Y él me dijo: “Es de mis favoritas, o sea, la tenemos que hacer.” Y quedó una canción preciosa.
¿Qué pasa? Que lo dejamos. Entonces dije: “Claro, ¿ahora qué hago con esta canción?” Porque es una canción de amor, pero ya no estoy con mi ex, entonces es un poco raro. Me acuerdo de que, poquísimo antes de que hubiésemos cerrado ya el tracklist, dije: “Tengo que cambiar esta canción”. Y le añadí un mini final que es muy bonito. La canción se llama “Super humano” y el final dice: “…y aunque ya no lo seas para mí, eres su superhumano, sé feliz”.
Y creo que también es muy importante hablar desde ese punto de vista, ¿no? O sea, él no me hizo nada malo, simplemente la relación se terminó y ya está. Porque, pues, ya no había más. Creo que es muy importante cantar sobre eso, no solamente desde lo mal que te han tratado, sino también desde: “Oye, hemos tenido una relación súper bonita y yo solo te deseo lo mejor.” Entonces, creo que también esa canción es un poco más madura por mi parte y me gusta mucho el final que añadimos. Y bueno, ojalá a él le guste. Es la última canción del disco porque me parece que es muy esperanzadora y muy bonita.

Tu tema ‘Tu fan’ fue un auténtico boom en TikTok. ¿Cómo viviste ese momento en el que tu música empezó a viralizarse y conectar con tanta gente?
Fue una locura. O sea, yo no me lo esperaba. Además, la saqué como en mayo, y estaba de exámenes, no le hice caso a la canción. Y de repente, en septiembre, se empezó a hacer súper, súper viral en TikTok sin que yo hubiera hecho nada. Yo no hice ni un vídeo, creo. Y fue una locura. Me acuerdo de vivirlo en plan: “¿me está pasando esto a mí?”.
Entonces era gente, todo el rato, a todas horas, mencionándome en TikTok, subiendo vídeos. Yo abría TikTok y solo me salía cuando la gente usaba la canción. Y era muy fuerte. Pero es verdad que, hasta que no llegué a un concierto en México y vi que la gente de Spotify era gente de verdad, no me lo creí. ¿Sabes? Porque una cosa es verlo en una pantalla, ver los números, y otra cosa es verles en persona.
Y eso, que de repente se me puso todo… eso. Y yo, hasta que no me bajé del avión en México y vi que había gente que vino a verme, no comprendí que eso era de verdad. ¿Sabes? Me hizo muchísima ilusión. Es una locura, y estoy súper agradecida por esa canción porque me ha llevado hasta donde estoy ahora. Y es una suerte que la gente se haya sentido tan identificada.
¿Y siempre quisiste dedicarte a la música? ¿Dónde fue el punto en el que dijiste: “Aquí me lanzo con todo y lo hago”? ¿Siempre lo tuviste claro?
Pues mira, te diría que sí… pero no. A ver, es lo típico que cuando eres pequeña te preguntan “¿qué quieres ser?” y dices: “Cantante, actriz, famosa.” Sí, pero yo nunca me había planteado que eso fuese una opción de verdad. Yo estudié Empresariales, me iba a meter en una oficina a trabajar. Era como… yo no veía posible que me fuese a dedicar a la música. Y fue gracias a las redes sociales y a mis managers, que apostaron por mí desde el primer momento, que al final me pude dedicar a esto. Fue un poco por suerte, la verdad, y por subir canciones. Así que, a cualquier persona que esté un poco así, que no sabe o que duda, yo les diría: subid canciones. Nunca sabéis lo que va a pasar. Y yo creo que si la música es buena, la gente la escucha, y tarde o temprano le llega a quien le tiene que llegar.
¿Qué emociones quieres transmitir con tu álbum?
Pues… de todo un poco. Como hay tantas… ya hay 18 canciones, o sea que… muchas emociones, ojalá. Sobre todo quiero que la gente sepa que, si alguna vez han vivido algo de lo que yo hablo, no están solos. Que a mí también me ha pasado, y a todo el mundo le ha pasado, y que no están locos por sentir lo que sienten. Yo, sobre todo, quiero que sea un álbum que les pueda acompañar en momentos clave. Bueno, no necesariamente clave, pero que, si de repente estás triste, puedas ponerte ese álbum y que sea como tu safe place, ¿sabes?
Como para escuchar y sentirte identificado, y poder usar esas canciones un poco a modo de terapia, ¿sabes? O como desahogo, lo que sea. Sobre todo, espero que a la gente le guste tanto como nos ha gustado a nosotros hacerlo. Yo creo que es un disco que, como tiene tantas canciones, alguna te va a gustar 100%. Y eso es lo que diría.
¿Y hay alguna canción que tú digas, “esta es mi favorita”? ¿Tienes alguna?
Yo te diría que sí, hay una que se llama ‘Normal’. Esa y ‘Venecia’, esas dos son mis favoritas.
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