Una balada, muchas verdades: Taburete se reinventa con ‘Primer intento’


Una visita al pueblo natal, una cena con amigos, pasear por el parque del barrio o volver a ese restaurante donde ya te conocen. Son experiencias que, por mucho que se repitan, siempre se sienten distintas. Como si cada vez fuera un primer intento. Hay algo en esos lugares y momentos que se mantiene intacto, pero que al mismo tiempo se transforma, como si también crecieran con nosotros.

Te puede interesar: ¿Habrá nueva música de El Último de la Fila?

Con el lanzamiento de su nueva canción, ‘Primer intento’, Taburete abre un nuevo capítulo en su discografía. El tema, que se adentra en el amor desde una mirada más madura y sincera, es, una vez más, una muestra de la versatilidad del grupo que, aunque se adentra a nuevos sonidos y narrativas sigue manteniendo su esencia. Con una producción cuidada al detalle —grabada como se hacía antes, sin artificios ni prisas— y el protagonismo indiscutible de las guitarras eléctricas, los madrileños consolidan un estilo atemporal que rehúye las modas pasajeras.

En entrevista exclusiva con ROLLING STONE en Español, Guillermo “Willy” Bárcenas y Antón Carreño nos abren las puertas de su universo creativo, reflexionan sobre la evolución del grupo, la importancia de hacer una pausa y el valor de seguir disfrutando del camino. Porque, incluso después de seis discos, hacer música con amigos sigue siendo su primer intento.

En cuánto anuncia el lanzamiento de ‘Primer intento’ hablan de un restaurante, uno de toda la vida. Es como hacer referencia a esos lugares seguros a los que vas cuando te sientes perdido. ¿Esa es la intención?

Willy: Eso es. Al final, los sitios de comida de toda la vida… Ahora está muy de moda ir a lugares donde la gente va un poco más a hacerse fotos, a escuchar música con un DJ, con tal… Todo demasiado moderno. Y a nosotros lo que nos gusta es el restaurante, el bar Manolo de toda la vida, donde, bueno, donde te conocen los camareros, donde comes comida tradicional de siempre sobre un mantel de cuadros, donde no tienes que gastarte una pasta para comer bien. Un poco ese es el estilo de restaurante que buscamos.

‘Primer intento’ es una canción que combina emoción y potencia. ¿Cómo fue el proceso de darle vida a este tema y qué querían que sintiera el oyente cuando lo escuchara?

Williy: Bueno, este tema nació en México, precisamente. Yo me fui a pasar unos días con los chicos con los que luego hemos grabado el disco, que son Suena Tribu. Y la verdad que, bueno, surgió de una manera muy rápida. Yo quería escribir una canción de amor. Es verdad que no he escrito tantas canciones de amor en general, y en Taburete no tenemos muchas canciones de amor, y me apetecía hacer una canción simple, con un mensaje claro, bonito, sin muchas florituras. Y empezaron a tocar la guitarra y rápidamente me salió el: “a tu lado me siento bien, a tu lado me siento bien…”, y a partir de ahí se fue haciendo toda la canción, hasta la parte final en la que rompe. Esa parte, justo, era de otra canción que yo tenía hecha en otro momento, nunca la había utilizado, y dije: creo que pega para cerrar este trocito.

Y nada, luego la verdad es que salió en eso, como en media hora o una cosa así, ya se había compuesto la canción, la maquetamos y, cuando vinieron ellos a Madrid a grabar el disco, decidimos empezarla a piano, así, tranquilita, y que fuese creciendo en una balada hasta romper en el éxtasis final. Es una canción muy cortita, dura dos minutos y medio o una cosa así, pero muy potente. Y teníamos muchas dudas de cuál tenía que ser el primer single del disco, porque creo que es un disco muy variado, con muchas opciones. Pero nos parecía un gran punto de partida para todo lo que viene, ¿no? O sea, como un buen prólogo de todo el disco que está por venir.

Willy, en tu Instagram vi un video en el que presentabas ‘Primer intento’  a tus amigos. Me pareció interesante esa parte de compartir tus trabajos y, al mismo tiempo, es algo que también toca la canción, sobre esa conexión con las personas que va evolucionando.

Willy: ​​Sí, al final tenemos la suerte de que llevamos 10 años con Taburete, pero nuestros grupos de amigos son los amigos de toda la vida, ¿no? Los que nos han visto crecer desde el principio, los que escucharon nuestras primeras canciones. Recuerdo que cuando empecé, con 18 años —ahora voy a hacer 36—, pues hace media vida, mi método, mi baremo para saber si una canción era buena o mala, eran mis amigos. Se la mandaba al grupo de amigos y, según lo que me dijeran, ya me creía si era buena o, si me decían “esta es más floja”, la cambiaba.

Entonces siempre me ha gustado testarla así, y la verdad es que esta es una canción que a todo el mundo le encantó cuando se la pusimos por primera vez. Entonces, bueno, me gustó, ¿no? En ese vídeo salgo con dos de mis mejores amigos, y siempre me hace ilusión cuando quedo con ellos poder mostrarles cosas nuevas que he compuesto, cosas que van a salir.

Me llama mucho la atención la sinergia entre ustedes dos, Willy y Antón. ¿Cómo fue ese match creativo para esta canción?

Willy: Bueno, al final, la verdad es que quienes damos la cara somos dos: Antón y yo. Ambos somos la cara más visible de Taburete, pero en realidad somos ocho. Bueno, empezamos siendo dos, luego tres, cuatro, cinco, seis, y ahora somos ocho desde hace un tiempo. A la hora de grabar los discos, importa la opinión de todos.

Entonces, en este caso, también con Loza, que es nuestro director musical, vimos que funcionaba muy bien empezar a piano y luego añadir esas guitarras eléctricas hasta el final, pero todo de una manera bastante, bastante rápida. Y solemos entender las canciones todos de la misma manera.

Entonces, nada, simplemente quedamos en el estudio un día, empezó a fluir y así se quedó, de una manera muy normal. Pero al final es un disco muy orgánico: son todas guitarras, batería de verdad, bajo de verdad, no hay nada electrónico, no hay nada, o sea, es todo muy, muy orgánico, como una banda tocando como toda la vida, ¿no? Así hemos grabado el disco. Entonces, bueno, cuando no tiene tantas florituras es más fácil.

Es juntarse, bueno, “haz tú algo con la guitarra”, “haz tú algo con la batería”, y en poco tiempo ya está hecha la canción. O sea, que nos entendemos bastante bien.

Sí, se agradece ese respiro de todo lo electrónico. ¿Cómo influye para ustedes volver a un sonido más clásico, más auténtico, más “de lo bueno”?

Willy: Bueno, no sé si es lo bueno, pero desde luego no es lo que nos representa. Al final, por ejemplo, en el disco anterior tres de las canciones eran más modernas y tenían un sonido más actual. Pero a nosotros lo que nos gusta y lo que nos tira son los grupos de rock y pop rock de toda la vida.

Entonces, bueno, eso es lo que queremos hacer: música atemporal, música que, cuando la escuches dentro de 10 o 20 años, o incluso si la hubieras escuchado hace 20 años, podría funcionar perfectamente. Intentamos hacer una música que no siga tendencias o modas, sino que suene a la música de siempre y al pop rock de toda la vida.

Crédito: Cortesía Voltereta Music

Ahora que mencionas las bandas de rock y rock pop, ¿cuáles dirían que son sus bandas favoritas, esas que escuchan todo el tiempo y que los inspiraron a hacer la música que hacen? ¿Cuáles no pueden faltar en sus playlists?

Antón: Bueno, o sea, escuchamos música de todos los estilos… Y a Willy y a mí nos gusta diferente, pero yo creo que lo que influye en Taburete son las bandas españolas de pop rock de toda la vida. Desde lo más clásico, como, yo qué sé, Nino Bravo, Sabina o ese tipo de artistas, hasta lo que escuchábamos de chavales: Extremoduro, un grupo que se llamaba Pereza en España, La Oreja de Van Gogh… Canciones de bandas de pop rock que se parecen a nuestro estilo, al final.

Eso es lo que nos influye. Lo que pasa es que ahora ya no se hace tanto ese estilo, y parece que estuviésemos haciendo algo muy en contra de las tendencias o del mainstream. Pero es la música que ha existido toda la vida y la que nosotros hemos escuchado desde siempre. O sea, sí, somos más parecidos a unos Beatles o a una banda de los 70 u 80 que a algo más actual.

El otro día justo lo comentábamos en un ensayo. Lo decía Willy: “Joder, tío, estamos tocando las canciones antiguas y no sé qué…” Y es que son todo lo contrario a lo que ahora busca la gente en la fórmula, pero es la fórmula que a nosotros nos ha funcionado, lo que nuestra gente quiere, y lo que nos sale hacer.

Hay una cosa que me interesó mucho cuando leí sobre la canción, y es que decía: “un viaje introspectivo sobre la búsqueda de uno mismo cuando se lucha por alguien más”. Creo que es esa parte, el compartir con alguien sin perderte a ti es difícil. ¿Hubo algún momento específico en su vida que los inspiró a escribir esta canción?

Willy: Sí, el disco en general —y se ve ya en esta primera canción— habla un poco de la búsqueda de una versión mejor de uno mismo. Al final, toda esa felicidad inmediata que te da la fiesta, el desfase, el descontrol… está muy bien, pero lo que propone este disco es la búsqueda de una felicidad más plena y más real. Y eso pasa por hacer las cosas mejor.

¿Y qué es lo que te hace dar ese paso? Pues muchas veces, el amor. Una persona por la que merece la pena cambiar ciertas actitudes, comportamientos o una forma de vivir más alocada. Entonces, el disco habla de esa búsqueda, de realizarte como persona de una forma distinta a la que, en mi caso, he vivido en los últimos años.

Hemos estado en una auténtica vorágine desde que empezó Taburete: salidas constantes, conciertos, noches sin dormir, un ritmo de vida muy intenso. Y ahora me encuentro en un momento mucho más tranquilo, más estable, más feliz, en realidad. Entonces, el disco refleja esa lucha interna, que se irá viendo a lo largo de los singles, entre caer en la tentación —por así decirlo— de la mala vida, y optar por una vida más sana y más plena.

Pero es una lucha que nunca se termina de ganar. Es fácil decirlo, pero en realidad estás continuamente entre un lado y otro. Lo que intentas es que esa vida más equilibrada, más consciente, acabe siendo la que gane. En definitiva, el disco habla de esa tensión entre los impulsos y la razón.

Ustedes han transitado un camino de crecimiento y evolución musical. ¿Cómo sienten que ‘Primer Intento’ refleja esa madurez en su sonido y en su mensaje?

Antón: Bueno, en cuanto al sonido, yo creo que la experiencia y la madurez musical nos van llegando poco a poco. En este sexto disco que hemos grabado, el salto es muy grande respecto a lo que sabíamos de música antes, o a lo que podíamos intuir al trabajar una canción. Cuando empezamos, no habíamos grabado nada, estábamos muy verdes y no sabíamos muy bien a dónde queríamos llevar las canciones, ni siquiera conseguíamos imaginarlas del todo.

Ahora tenemos las cosas mucho más claras. Técnicamente hemos mejorado, y eso se nota tanto en los discos —si los escuchas uno a uno— como en los directos, si nos has seguido desde el principio. Y creo que en este disco hemos conseguido ese sonido. No es que los anteriores sonaran mal, pero esta es la primera vez que sentimos que un disco suena muy, muy, muy bien. Lo grabamos como se grababan los discos hace años: encerrados veinte días en un estudio, instrumento por instrumento, todo cuidado, todo real. No hay nada sintético ni hecho por ordenador, y eso se nota. Escucharlo así nos hace sentir muy orgullosos, no solo porque creemos que las canciones son buenas, sino porque por fin hemos conseguido darles la envoltura sonora que queríamos.

Y en cuanto a la madurez, es un poco lo que ha dicho Willy. Creo que eso también se refleja en el mensaje. Ya no hablamos tanto de fiesta, de amigos, de esas cosas en las que estábamos hace unos años. Ahora tratamos temas un poquito más trascendentales, más personales, cosas que de verdad nos preocupan. Tampoco es que todo sea amor o canciones empalagosas, pero sí que hay una evolución hacia algo más serio. Y creo que es inevitable. Como dice Willy, vamos madurando, cambiando, intentando estar menos alocados, ser más tranquilos, más cuerdos, más estables en todos los aspectos, y eso se refleja en las canciones.

Crédito: Cortesía Voltereta Music

Hace poco anunciaron que se bajan de los escenarios “de forma indefinida”. ¿Cómo afecta esta decisión al lanzamiento de “Primer Intento” y al próximo álbum?

Willy: Bueno, es la primera vez que lo hacemos. Nosotros siempre habíamos enlazado sacar disco, gira… Pasaban dos meses, sacábamos disco, gira… así sin parar, ¿no? Entonces hemos llegado a un punto en el que, tanto por nosotros —porque necesitábamos un parón, descansar un poco, hacer otras cosas con nuestra vida— como porque ya teníamos un disco grabado que tampoco queríamos tener guardado durante años, decidimos dejar de dar conciertos. Pero a la vez, queríamos ir sacando con calma ese disco a lo largo de este año. Y una vez que lo lancemos completo, ya veremos si estamos preparados para volver a girar el año que viene o si preferimos esperar.

Todavía no lo tenemos claro, pero lo que sí sabemos es que este parón nos está viniendo bien, porque lo necesitábamos. Y también creemos que, después de nueve años sin parar de dar conciertos, es bueno que el público te eche un poco de menos, ¿no? Así que, a partir de ahí, decidiremos. Una vez que lancemos el disco y veamos cómo estamos, decidiremos si empezamos a girar el año que viene o si esperamos al siguiente. Eso todavía está por ver.

Lo que sí está claro es que vamos a volver a los escenarios. O sea, no es un adiós definitivo —de hecho ya lo explicamos—, pero ahora mismo no nos veíamos con fuerzas o con ganas, al menos a principios de año, como para lanzar el disco rápido y arrancar otra gira. También nos planteamos hacer una gira del décimo aniversario, porque justo se cumplen diez años del lanzamiento de nuestro primer disco, pero nos parecía demasiado pronto para hacer ya giras de aniversario. Al final, nos sentimos jóvenes y con mucha carrera por delante. Así que decidimos dejarlo así: sacar las canciones con calma, hacer bien todo el lanzamiento, y luego ya veremos si volvemos a girar o esperamos un poco más.

Claro, que también es esta parte de disfrutar, el proceso de lanzamiento, de todo lo que viene ir con calma sin tener que estar todo el tiempo corriendo… 

Antón: Sí, es que es lo que nos ha pasado toda la vida, eso. Entonces, estamos disfrutando mucho este proceso. Lo que pasa es que la gente todavía… aquí en verano, en España, está lleno de festivales y conciertos, y la gente está acostumbrada a que nosotros estemos dando vueltas sin parar y puedan ir a vernos. Y yo creo que todavía están esperando ese anuncio —ahora en junio— de que vamos a hacer algo en verano, cuando no, no va a ocurrir.

Pero bueno, yo creo que cuando volvamos, en algún momento, la gente lo cogerá con más ganas y con más fuerza, y nosotros también. O sea, que al final nos va a venir muy bien este espacio, y está siendo importante para poder sacar las canciones. Solo hemos sacado una, pero vendrán más, que yo creo que son necesarias.

Sobre todo porque muchas veces, cuando sacas canciones y estás atropellado con giras y todo, sientes que algunas se quedan por el camino. Y tú le has puesto la misma ilusión a la primera canción, que a la cuarta, que a la quinta… Entonces, tener este tiempo nos viene muy bien y nos deja estar tranquilos con que, de verdad, estamos haciendo todo lo posible para enseñar estas canciones que hemos hecho con tanto cariño.

Tras tantos años y éxitos, ¿qué les sigue impulsando a seguir creando y compartiendo música con el mundo?

Antón: Como que te sale. A mí, en mi caso, pues me sale, y supongo que a Willy también. O sea, yo no es que lo esté buscando… Aparte de que, obviamente, Taburete es un trabajo, y encima ya tenemos un equipo grande que depende de que nosotros sigamos haciendo música y tal, pero es que realmente yo creo que lo disfrutamos. Va más allá de eso. Te sale hacer canciones, te apetece dar conciertos, te apetece tener una banda… Es como el sueño de todo el mundo, y para nosotros lo sigue siendo.

Entonces, como que esa ilusión inicial que teníamos, esa alegría que había en el grupo, sigue estando. Como ha dicho Willy, Taburete somos ocho, y cuando estamos todos juntos, somos muy amigos y muy felices. Lo pasamos muy bien. Al final, yo creo que el motor principal de todo esto es que realmente lo seguimos disfrutando. Si no lo disfrutáramos, seguramente no seguiríamos aquí, ni haciendo canciones, ni sacando discos, ni haciendo todo el proceso, que al final es un trabajo que conlleva mucho.

Pero como lo disfrutamos tanto, somos tan felices… Hay un vídeo que subimos —no recuerdo exactamente cuál— en el que hay un corte de Willy que dice: “La suerte que tenemos no nos la creemos”, y es que eso es lo que realmente pensamos. Así que, mientras sigamos disfrutando del momento, aquí estaremos.

Willy: Es que esta vida, para mí, es difícil de superar. Estás haciendo lo que más te gusta con ocho amigos. Por ejemplo, en noviembre estuvimos en México, Chile, Argentina, Colombia, Miami… Tuvimos un mes fuera. Y al final sí, claro que es un mes trabajando —porque se hace cansado, los viajes, los aeropuertos, las pruebas de sonido, los conciertos…—, pero estás con ocho colegas. Entonces, todo es muy fácil, muy divertido. No paramos de reírnos. Da igual el tiempo que pase sin vernos, que nos juntamos y, con que uno diga cuatro tonterías, ya estamos descojonados de la risa.

El ambiente es tan bueno que disfrutamos mucho de dar conciertos. Y luego, a la hora de hacer canciones, es porque te siguen saliendo. Sigues teniendo temas diferentes de los que hablar, pero también esa inquietud de escribir lo que te pasa, de hacer canciones. Entonces, juntar esas dos cosas es increíble. Y luego tampoco es que haya un plan B. Quiero decir, si ahora dejáramos la música, no sabría ni a dónde ir. Así que, esto hay que seguirlo, por placer… y por supervivencia. Por las dos cosas.

Crédito: Cortesía Voltereta Music

Finalmente, ¿qué pueden adelantar sobre el próximo álbum y cómo se siente este nuevo capítulo en su carrera?

Willy: Puedo decir que van a ser once canciones, que es nuestro disco más largo hasta la fecha —siempre han sido de diez—. Y hay tres colaboraciones: una con un artista mexicano, otra con un dueto español y otra con una artista española, una chica.

En cuanto al contenido, hay dos o tres canciones en la línea de ‘Primer intento’, baladas rock; también hay una ranchera, algo de rumba, y pop más veraniego, más desenfadado, canciones más cantables para el verano. Es un disco bastante variado, pero dentro de esa variedad, con un sonido muy compacto. Todo el disco suena conectado, no es tanto una colección de canciones sueltas como lo fue Matadero 5, que pasaba de la electrónica a la ranchera clásica, luego a otra cosa completamente distinta.

Aquí todo tiene una coherencia sonora, aunque seguimos tocando los géneros que tanto nos gustan: la ranchera, el bolero… Siempre hay pinceladas de eso en los discos de Taburete, y en este además son más puras, porque lo hemos trabajado directamente con mexicanos. No es tanto españoles intentando sonar a mexicanos, sino españoles guiados por mexicanos para acercarnos de verdad a ese sonido.

Antón: Sí, o sea, lo que ha dicho Willy en cuanto al sonido es que es compacto porque, hoy en día, como se llevan los discos — o sea, lo he dicho antes — pero como se hacen los discos o la gente hace las canciones: hace unas canciones una semana, otra aquí, otra con este productor, otra me viajo y hago esta canción, y de repente las juntan y están todas en un álbum, pero claro, es imposible o muy difícil que eso tenga una coherencia a nivel sonido. 

Aunque sí que lo puede tener en cuanto a letras, en cuanto a la voz del cantante, en cuanto a tal, pero no tiene ese sonido uniforme que te da grabar todas las baterías en un día, grabar las eléctricas en otro día, grabar tal con el mismo amplificador, con el mismo micrófono colocado en el mismo sitio, tocado por las mismas personas. Entonces, yo creo que eso es lo que ahora, cuando lo escuchas y ves el empaque, cómo suenan las cosas, dices: “Vale, no tiene nada que ver esta canción con la otra”, pero esta está dentro de ese sonido. Y eso lo hemos conseguido, de verdad.

Empezar

Give us a call or fill in the form below and we will contact you. We endeavor to answer all inquiries within 24 hours on business days.