Amediados de los ochenta no había músico con mejor curriculum que Adrian Belew. El norteamericano nacido en Kentucky había hecho una meteórica carrera que arrancó a fines de los setenta. Había tocado y grabado con Frank Zappa (en Sheik Yerbouti, de 1979), con David Bowie (Stage, de 1978, y Lodger, de 1979), Talking Heads (Remain in Light, de 1980, y The Name of this Band Is Talking Heads, 1981), para terminar como frontman del reformado King Crimson, en Discipline (1981), Beat (1982) y Three of a Perfect Pair (1984). La original voz de Belew y su más que original estilo como guitarrista le valdrían el mote del “músico más fabuloso del mundo”, por parte de Trent Reznor.
En 1982 arrancó su carrera solista con el aclamado Lone Rhino, y dos años después fue convocado por Laurie Anderson para grabar el álbum en vivo Home of the Brave. En el film del mismo álbum se aprecia la originalidad de Belew en toda su dimensión, haciendo sonidos impensables con una guitarra cuyo mango se doblaba. Luego se reveló que la guitarra era de utilería, y Belew había sobregrabado sus solos en el estudio. Pero los fantásticos sonidos hacían verosímil la idea de esa guitarra. En el alocado mundo sonoro de Belew cualquier cosa era posible.
En 1990 llegó a Buenos Aires como guitarrista y director musical de la gira mundial de Bowie, Sound & Vision, y en 1994 vino por segunda vez con King Crimson. Desde entonces, grabó un puñado de álbumes solistas y giró con Celebrating David Bowie, un show que recrea clásicos del Duque Blanco. Ahora, encara un nuevo revival, el de los tres discos que grabó con Crimson en los ochenta. Sumando a otro miembro original, el stickista Tony Levin, a Steve Vai en guitarra y al baterista de Tool, Danny Carey. Belew bautizó al grupo Beat en honor al segundo opus de aquella trilogía, y el 2 de mayo llegará a Buenos Aires.
¿Cómo se te ocurrió la idea de revisitar el catálogo de King Crimson en los ochenta, y por qué elegiste el nombre Beat?
En 2019 me di cuenta de que estábamos cerca del 40° aniversario de Discipline y pensé que podíamos salir a tocar el álbum. Consulté a Robert [Fripp], que declinó la propuesta, pero me dio luz verde para hacer lo que quisiera. Sentí que era tiempo de darle una segunda vida a esa música. A lo largo de los años mucha gente me dijo que esos eran sus discos favoritos de King Crimson. El nombre de Beat llegó cinco años después, mientras buscaba a la gente apropiada para el proyecto. Ese delay se debió a que tanto Steve Vai como Tony Levin tenían giras programadas. Cuando el grupo se armó recurrí otra vez a Robert, que me preguntó cuál era el nombre del grupo. “No lo sé”, le dije. Robert ya había usado el nombre Discipline para varios proyectos y Three of a Perfect Pair lo usamos alguna vez con Tony, por lo que me dijo que le pusiéramos Beat, y que, cuando saliéramos a tocar, estaría en la primera fila [risas].
Me resulta rara la inclusión de un guitarrista tan distinto a Fripp como Steve Vai, alguien más bien ligado al metal. ¿Él hace las partes de Robert Fripp?
Sí, pero a su estilo. Y Robert aprueba eso. Yo quería que se respeten las cosas esenciales, pero después cada uno puede hacer su propia música. Quería que Steve Vai sea Steve Vai, y lo hizo mucho mejor de lo que yo esperaba. Podés escuchar a Vai pero también al Robert Fripp de los ochenta.
¿Qué recordás de los primeros días de aquella formación de King Crimson, cuando aún se llamaba Discipline?
Como Discipline solo tocamos algunos shows por Inglaterra para testear el material antes de grabarlo. Y lo que más recuerdo es que no teníamos mucho material. Eran 40 o 45 minutos y después la gente quedaba medio pasmada. Dirían: “¿Eso es todo?” [risas]. Una vez en Alemania alguien se enojó y entró a tirar cosas, por lo que tuvimos que volver al escenario y repetir canciones. Después de grabar el disco (Discipline) acumulamos más material y pudimos salir a tocar sin problemas.
¿Cómo los recibió el público cuando el grupo pasó a llamarse King Crimson?
Era la primera vez que King Crimson tenía un segundo guitarrista, que además era cantante y frontman. Sé de mucha gente a la que esto no le gustó. Me culparon por el cambio de dirección, pero la realidad es que el grupo apuntaba a hacer algo distinto. No se trataba de volver a hacer In the Court of the Crimson King. El nombre Discipline trajo algunos problemas, porque para Tony y para mí, los americanos del grupo, la palabra tiene otra connotación, no es un nombre amigable. Y un día Robert dijo: “Bueno, como quiera que se llame esta banda tiene el espíritu de King Crimson”. Y yo dije: “Llamémosla King Crimson”. Porque para mí KC era un nombre venerable, con trayectoria, mientras que un nombre nuevo sería malo para una banda sin trayectoria.
Beat es tal vez el más emotivo de los tres discos de King Crimson en los ochenta; sin embargo, una vez dijiste que fue tu peor experiencia de grabación. ¿A qué te referías?
Para Robert, la banda estaba yendo hacia un lugar que estaba fuera de su esquema. No le gustaba lo que pasaba. Estuvimos seis semanas grabando el disco en Inglaterra; Robert llegaba al mediodía y anunciaba que estaría en la cafetería de al lado leyendo, pero que podíamos llamarlo si lo necesitábamos. Eso hizo muy difícil la grabación. Perdí el pelo por el estrés, tuve alopecia. De golpe no tenía compañero y debía complacer a alguien que no quería formar parte del proyecto. Y casi todo lo que hacíamos era rechazado. Era muy difícil convencer a Robert de aportar algo.
Es casi un disco personal tuyo por la inclusión de nombres y alusiones a la Generación Beat.
No sé, creo que los tres discos tienen algo de mí. La inclusión de alusiones a los Beats es un reflejo de lo que leía en ese momento. Creo que Discipline es el disco más auténtico porque estábamos los cuatro en la misma onda. Era la visión de Robert, pero después algo cambió en él. En mi opinión, si hubiéramos seguido en la misma tónica no sé qué habría pasado. Pero tres años después Robert dio por terminado el asunto.
Temprano en tu carrera, en el track “Red Sails”, de David Bowie, mostraste un solo de guitarra absolutamente original, distinto a todo lo oído hasta entonces, un anticipo de lo que harías más adelante. ¿Cómo desarrollaste ese estilo?
Esa canción tuvo dos tomas de guitarra y el resultado fue la edición de ambas acorde al gusto de Bowie y Brian Eno. Mi estilo pasa por probar distintas cosas, siempre estoy buscando algo nuevo. Mi estilo es, digamos, ningún estilo. Algo que aprendí ni bien empecé a tocar en público fue que si hacía ruidos como el de un klaxon, por ejemplo, la gente se divertía. Nadie hacía sonidos interesantes, todos querían tocar rápido. Yo fui por lo primero, nunca me interesó ser veloz.
Con tu guitarra imitaste sonidos de elefantes y rinocerontes. ¿Los animales son una inspiración?
Amo a los animales, de toda clase. En casa tengo un par de acres de campo y me la paso alimentando pájaros que atraigo hasta mi escritorio. Ahora mismo, acá adentro hay cerca de cuarenta pájaros. Cuando empecé emulaba animales. Un día me di cuenta de que hacía el sonido de un rinoceronte y pensé que era un truco que servía si lo ponía en algún contexto, y así compuse “The Lone Rhinoceros”. Un año después pasó lo mismo durante las sesiones de Discipline. Me di cuenta de que estaba haciendo el sonido de un elefante. Estuve un buen rato haciendo ese ruido y supongo que el resto ya estaba harto de mí [risas]. Después inventé un ritmo algo africano, Tony se sumó, el resto siguió y Robert me dijo: “¿Por qué no ponés tu sonido de elefante ahí?”. Así nació “Elephant Talk”.
El último de la trilogía, Three of a Perfect Pair, es raro, tiene un lado de canciones accesibles y otro de temas más experimentales. ¿Fue algo hecho adrede o simplemente se dio así?
Robert quería hacer tres tours mundiales para cada disco, y cuando llegó el turno de grabar el tercer álbum estábamos agotados y no había muchas ideas. Yo tomé la iniciativa de escribir canciones por mi lado, fuera de la órbita de Robert. Su contribución fue mínima, tal vez mayor en el tema “Three of a Perfect Pair”, donde aparece su técnica de guitarra. Pero por otro lado teníamos como un sonido nuevo, producto de las giras, y dijimos, bueno, hagamos esta especie de ruido al estilo del rock industrial. Fue Robert quien decidió poner las canciones en el lado uno y los temas “industriales” en el dos. Quién sabe qué habría pasado si hubiésemos tenido más tiempo para ensayar… Pese a todo, me gusta cómo quedó el disco.
¿Qué recordás de la primera visita de King Crimson a la Argentina en 1994, cuando hicieron 15 shows?
Fue un período muy importante. Estábamos en el medio de las sesiones de lo que sería Thrak. Tuvimos la idea de ir todos a algún lugar con la intención de hacer shows y prepararnos para un disco. Así que fuimos a la Argentina; estuvimos en un complejo muy grande donde cada uno tenía su departamento. Todos los días íbamos a un estudio para probar ideas nuevas. Eso duró un mes completo, durante el cual conocí el estilo de vida argentino. Aprendí a apreciar la cultura, la comida y la gente, que es tan apasionada por la música. Escribí algunas de mis mejores canciones en la Argentina, como “Walking on Air”. Se la dediqué a mi esposa.
Entradas Recientes
- Republic Records firma con la boy band JYT, tema de próximas docuseries
- Music Sustainability Summit 2026 anuncia el programa para el evento de abril
- LISA de BLACKPINK coprotagonizará la película del universo 'Extraction' 'Tygo'
- Sean Ono Lennon: Entre una canción eterna, un legado importante y un mundo en llamas.
- Mira a Selena Gomez y Benny Blanco celebrar la primera Navidad de casados
- Qué significa el acuerdo de 72.000 millones de dólares
- Los Backstreet Boys planean 6 noches en 2026 en la residencia alemana Millennium
- Double Time: Crucigrama de cartelera (4 de diciembre de 2025)
- Taylor Swift, regla de Olivia Dean
- Guns N’ Roses publicaron los nuevos singles: “Nothing” y “Atlas”
- CMAT extiende el acuerdo récord con AWAL después de un año exitoso
- El mensaje de Sharon Osbourne por el cumpleaños de Ozzy: “Nunca te voy a soltar”
- Escuchá el tema inédito de Scott Weiland: “If I could fly”
- Alison Wonderland habla sobre el nuevo álbum 'Ghost World': transmítalo ahora
- [SORTEO] ¿Querés ir a ver a Richard Coleman & El Trans-Siberian Express?


