Molotov aún tiene el power: fiesta de 30 en Buenos Aires

Molotov tiene una tremenda capacidad de desplegar en escena sus virtudes con máxima contundencia y efectividad. Y eso es precisamente lo que la banda mexicana hizo la noche del jueves en un Movistar Arena completo y listo para la fiesta del recuentro con los 90, las glorias del MTV Latino y ese nervio tan sensible que se activa como resorte en cuanto colisionan el hard-rock con el funk blanco. Es decir (si le añadimos algunos ingredientes más), la fórmula nada secreta del cóctel Molotov.

Y, se sabe, una vez que Molotov se enciende ya no baja la intensidad hasta que los bajen del escenario. Así fue: durante unas dos horas, el cuarteto (ya entramos en detalle) repasó su carrera completa, que es justamente lo que se dispuso a hacer en esta gira, titulada TXXXR 30 Aniversario, en conmoración de sus inicios, allá por los 1995, que hoy suenan a otra vida.

¿Cómo pega Molotov cuando el mundo es otro, no aquel de cuando empezaron a garabatear los temas de lo que sería ¿Dónde jugarán las niñas?? No tan mal, a juzgar por la cantidad y la euforia del público y por la performance de la propia banda, que a esta altura maneja lo suyo a gusto, pero sin dejar de divertirse y contagiar esa diversión. Y, lo más curioso, sin replegarse ni por un solo tema, en una lista hitera y detonante, donde lo más “suave” fue una canción como “Frijolero”. Justamente, ese track de Dance and dense denso (2003), es un emblema de la banda que, en lugar de perder vigencia, la incrementó por estos días de ICE y cacerías de inmigrantes al norte del “goddam river”.

Jay de la Cueva (con Randy), reincorporado en lugar de Tito Foto: @irishsuarez

Micky Huidobro Randy Ebright y Paco Ayala sí que saben festejar. A pesar de ICE y de los tiempos que validan su accionar; y a pesar también de golpes más personales: en esta ocasión, Ismael “Tito” Fuentes, guitarrista, cantante, autor y socio fundador, no fue de la partida, con su membresía en pausa debido a una variedad de crisis y tratamientos. Lo reemplazó Jay de la Cueva, guitarrista de la primerísima formación. Y se sumó también al micrófono, durante todo el concierto, Pato Machete, integrante de Control Machete, leyendas del rap mexicano (de Monterrey), que también emergió a mediados de los 90 y del auge del videoclip y el rap pesado y el rock latino. Un acierto: Pato pareció ser un Molotov de toda la vida.

Pato, de Control Machete, como un Molotov más Foto: @irishsuarez

“Gimme de Power”, “Changuich a la chichona”, “Rastaman-dita”, “Puto” (¡hablando de cambios de época!) y otras gemas de archivo bastaron para mantener el Movistar a fuego intenso. Igual que con una selección de covers, a cargo de una banda que sabe elegirlos muy bien, con “Demolición”, de Los Saicos, los precursores peruanos del proto-punk, y “I Turned into a Martian”, de Misfits, que los mexicanos convierten en dos versiones: una fidedignamente punk y otra cumbiera. Pero quizás el cover más oportuno de todos fue “¿Comprendes, Mendes?”, uno de los inquietantes emblemas de Control Machete, con el que Molotov cerró su fiesta, reconoció el legado de sus viejos compadres y agasajó a la generación noventera que se reencontró para escucharlos.  

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